Déficit fiscal llegó al 4% del PIB y Uruguay comienza a comprometer la calificación de su deuda
El Ministerio de Economía y Finanzas informó esta semana que el déficit fiscal del país alcanzó en abril el 4%, resultando el peor registro ocurrido luego de la crisis del año 2002. El actual gobierno no ha podido controlar el desfasaje entre la recaudación y el gasto que se viene produciendo en los últimos años y su respuesta es la anunciada “consolidación fiscal” que se propone para el año 2017.
Una calificación en peligro que podría agravar aún más la situación…
Las principales calificadoras internacionales ya habían advertido de un deterioro en las cuentas fiscales del país, pero por el momento no han bajado la nota de la deuda uruguaya que se sigue manteniendo un escalón por encima del grado inversor. Esto, sumado a un complejo escenario internacional, ha permitido por ejemplo que los bonos emitidos por el gobierno en dólares con vencimiento 2045 y 2050 hayan aumentado entre un 9% y 10% en lo que va del año. De esta manera Uruguay no presenta dificultades para conseguir financiamiento “barato” y se aprovecha de las políticas monetarias acomodaticias (tasas bajas y aumento de la cantidad de dinero) que se producen en los países del norte.
El empeoramiento del déficit fiscal recientemente ocurrido resultaría muy difícil revertirlo en un contexto de franco enlentecimiento de la economía o estancamiento. El “ajuste fiscal 2017 selectivo” como le hemos mencionado desde este espacio por recaer sobre una parte de la población, implicaría solamente una reducción de un punto porcentual en el actual déficit fiscal.
Desde un análisis puramente estático, ese 4% de déficit pasaría al 3% si se aplicara el ajuste desde ahora (en realidad se aplicará a partir de enero de 2017). Ahora bien, si analizamos la situación desde una perspectiva más dinámica, uno se podría preguntar hasta que punto un aumento de impuestos “selectivo” podría afectar la futura evolución de la economía. Si bien se trata de un pequeño porcentaje de la población el alcanzado por dicho ajuste, el peso de su consumo no es menor ya que se trata de los sectores de mayor poder adquisitivo. Pensamos que se podría afectar ciertos sectores específicos de la economía como lo comentamos en nuestro último informe y por ende quizás la medida no sería tan efectiva como lo espera el gobierno en los resultados globales del país.
Desde nuestro punto de vista, si no hay un cambio profundo en el contexto internacional resultaría muy difícil para Uruguay mantener la nota de su deuda y hasta podría peligrar en el mediano plazo el grado de inversión que se posee. En línea con este razonamiento se podría producir una tendencia al alza de los intereses que el país debe pagar para financiarse lo cual podría aumentar aún más su déficit fiscal.Y ese aumento generaría nuevas correcciones de las calificadoras… Se trataría de un círculo vicioso complicado y típico de fases adversas de la economía que podría resultar bastante duro para Uruguay en los próximos años. No nos podemos olvidar que si bien EE.UU. ha enlentecido su normalización monetaria, es inminente un segundo incremento de su tasa de referencia antes de fin de año. De hecho la FED podría realizar alguna modificación en julio de acuerdo a la opinión de varios analistas internacionales.
En la tarde de hoy se conocerá el dato de la inflación de mayo que analizaremos en nuestro informe del próximo viernes. Mantenemos nuestras proyecciones sobre un IPC en ascenso que podría superar el 11% antes de fin de año y un dólar con piso en $ 35 a diciembre.
Fuente: Finanzas Uruguay
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